Las ampollas son molestas y dolorosas, especialmente si estás tratando de correr. Sin embargo, son fáciles de tratar en casa. Tanto si siente que se le forma una ampolla como si ya tiene una, puede volver a correr en poco tiempo con los primeros auxilios adecuados. También hay muchas formas sencillas de reducir el riesgo de desarrollar ampollas en el futuro.
Pasos
Parte 1 de 3: Cómo lidiar con la irritación que puede causar una ampolla
Paso 1. Quite los objetos extraños de sus zapatos
Si comienza a sentir irritación en la piel mientras corre, deténgase y revise sus zapatos en busca de suciedad de inmediato. Incluso el guijarro más pequeño puede rozar su piel y causar una ampolla dolorosa.
Siempre es una buena idea revisar sus zapatos en busca de escombros antes de salir a correr
Paso 2. Trate los puntos calientes de inmediato
Por lo general, experimentará puntos calientes, que se caracterizan por dolor y enrojecimiento, antes de que se forme una ampolla. Si puede, es mejor tomar medidas para evitar una mayor irritación de la piel en este momento. Si necesita seguir corriendo, puede aplicar una cubierta protectora en el área afectada, como piel de topo, un apósito con almohadilla de gel a base de agua, un vendaje líquido o incluso cinta adhesiva. Todo esto ayudará a evitar que una mayor fricción dañe su piel y cree una ampolla.
También puede intentar aplicar vaselina, pero esto solo proporcionará un alivio temporal, ya que el calor y la humedad en su zapato eventualmente harán que se disuelva
Paso 3. Seque los pies rápidamente
Los pies húmedos son susceptibles a las ampollas, así que si empiezas a sentir algo de fricción y tus pies están mojados, haz todo lo posible para secarlos antes de seguir corriendo. Llevar un par adicional de calcetines mientras corre es una gran idea, ya que puede quitarse rápidamente los calcetines húmedos, ponerse los secos y seguir corriendo.
También puede intentar aplicar un talco para pies diseñado para mantener los pies secos
Parte 2 de 3: Tratamiento de una ampolla
Paso 1. Cubra la ampolla
La mayoría de las ampollas menores no necesitan mucho tratamiento, especialmente si se encuentran en un lugar donde es poco probable que revienten. La mejor forma de cuidar este tipo de ampolla es cubrirla con un vendaje transpirable y esperar a que se cure por sí sola.
- Mantenga el vendaje puesto hasta que la ampolla haya sanado.
- Cambie su vendaje todos los días o con más frecuencia si se moja o ensucia.
- Si la ampolla es demasiado grande para cubrirla con una venda adhesiva, puede cubrirla con gasa y esparadrapo.
- También puede cubrirlo con una almohadilla de ampolla especial, que está diseñada específicamente para proteger el área de una mayor fricción.
Paso 2. Haga estallar el blíster solo si es necesario
Hacer estallar una ampolla aumenta las posibilidades de infección, por lo que no debe hacerse a menos que sea realmente necesario; sin embargo, si su ampolla le causa un dolor intenso o le dificulta caminar, es posible que no tenga otra opción. Para reventarlo de manera segura, use un alfiler o una aguja esterilizados para perforar la ampolla en varios puntos diferentes alrededor del borde. Luego, absorba el líquido con un hisopo de algodón estéril, aplique una pomada antibiótica y cúbralo con una venda.
- Siga aplicándose ungüento antibiótico y cambiándose el vendaje todos los días durante varios días.
- Una vez que la ampolla comienza a sanar, puede recortar la piel muerta que la rodea con un cortaúñas.
- Asegúrese de lavarse bien las manos antes de hacer esto.
Paso 3. Consulte a un médico al primer signo de infección
Si tiene alguna razón para creer que su ampolla se ha infectado, es mejor que consulte a su médico de inmediato. Esto puede volverse grave rápidamente, así que no ignore los síntomas.
- Los primeros síntomas de la infección incluyen hinchazón y pus amarillo o verde.
- También puede notar rayas rojas en su piel en el área cercana a la ampolla o fiebre. Estos indican una infección más grave, por lo que debe buscar atención médica de inmediato.
Parte 3 de 3: Prevención de la formación de nuevas ampollas
Paso 1. Asegúrese de que sus zapatos sean cómodos y le queden bien
Los zapatos que no le quedan bien son una de las causas más comunes de ampollas en los pies, especialmente al correr. Cuando compre su próximo par de zapatos para correr, tómese un tiempo adicional en la tienda para asegurarse de que sean realmente cómodos. Si está pellizcando o frotando su pie de alguna manera, no es el zapato adecuado para usted.
- Es importante comprar zapatillas para correr, ya que están diseñadas específicamente para apoyar los pies durante esta actividad.
- Nunca compre zapatos demasiado ajustados con la esperanza de que se los rompa. ¡Esto solo provocará dolor!
- Cuando esté de pie con la espalda recta, debe tener suficiente espacio entre el dedo más largo del pie y la parte delantera del zapato para que entre la uña del pulgar.
- Su pie debe sentirse asegurado en su lugar, pero no apretado, cuando el zapato esté atado.
- Para obtener el mejor ajuste, compre zapatos más tarde en el día, ya que sus pies tienden a hincharse a medida que avanza el día.
Paso 2. Reemplace sus zapatos con regularidad
Si eres corredor, necesitarás comprar zapatillas nuevas cada seis meses o cada 500 millas que corras (lo que ocurra primero). Continuar corriendo con zapatos viejos puede aumentar sus posibilidades de desarrollar ampollas, así como otras lesiones relacionadas con el deporte.
No espere hasta que sus zapatos viejos estén completamente gastados para comprar unos nuevos. Debe comenzar a usar los zapatos nuevos gradualmente para que sus pies tengan tiempo de adaptarse a ellos
Paso 3. Cuide bien sus zapatos
Cuidar sus zapatos es tan importante como comprar los adecuados en primer lugar. Asegúrese de almacenarlos correctamente si desea prolongar su vida útil y mantener sus pies felices.
- Asegúrese de que sus zapatos estén completamente secos antes de guardarlos.
- Si no va a usar sus zapatos por algún tiempo, coloque un poco de periódico en ellos para ayudarlos a mantener su forma.
- Evite dejarlos cerca de fuentes de calor, como radiadores o fogatas, ya que esto puede hacer que la forma se deforme.
Paso 4. Use los calcetines adecuados
Es más probable que se formen ampollas si sus pies están mojados cuando está corriendo, por lo que es importante usar calcetines que los mantengan secos y agradables, incluso cuando esté sudando. En lugar de calcetines de algodón, pruebe con nailon transpirable o lana que absorba la humedad.
- También puede intentar usar forros de calcetines o dos pares de calcetines para reducir la fricción contra su piel.
- Al igual que sus zapatos, sus calcetines deben ajustarse correctamente. Deben ser agradables y cómodas, sin racimos.
Paso 5. Utilice productos para el cuidado de los pies que eviten las ampollas cada vez que corra
Si eres propenso a las ampollas, es muy importante que uses los productos correctos para prevenirlas. Hay dos formas diferentes de prevenir las ampollas: lubricando o secando. Es posible que deba probar ambos enfoques para descubrir cuál funciona mejor para usted.
- Hay una variedad de geles lubricantes anti-rozaduras disponibles para los pies. Intente aplicar uno de estos debajo de sus calcetines antes de correr. La vaselina también funciona, pero será necesario volver a aplicarla con más frecuencia.
- Alternativamente, puede intentar aplicar un aerosol o polvo antitranspirante en los pies antes de correr. Esto evitará que sus pies se mojen por el sudor, lo que evitará las ampollas.
Paso 6. Proteja las áreas propensas a ampollas
Si tiende a desarrollar ampollas en ciertas áreas de su pie, puede ayudar a evitar que vuelvan a ocurrir aplicando una barrera protectora en esa sección de su pie. Haga esto cada vez que corra para proteger las áreas sensibles.
- Existe una variedad de almohadillas autoadhesivas diseñadas para prevenir ampollas.
- También puede adquirir productos líquidos que se adhieran a la piel y creen una capa protectora.
- La piel de topo y la lana de cordero también son opciones, pero deberá usar un adhesivo líquido con ellas.
- La cinta también puede funcionar para proporcionar una barrera, aunque no proporcionará tanta amortiguación como algunas de las otras opciones.