Hablar sobre enfermedades mentales con adolescentes puede resultar un poco incómodo, pero es importante: se estima que uno de cada cinco jóvenes tiene un problema de salud mental. La forma en que habla sobre la salud mental con sus hijos, los amigos de sus hijos o sus estudiantes puede marcar una gran diferencia en la forma en que ellos piensan y cuidan su propia salud mental en el futuro. Haga que la conversación tenga un buen comienzo manteniéndola informal y cómoda para ambos. Mientras habla, concéntrese en presentar los hechos y deshacerse del estigma. Si sospecha que un adolescente que conoce sufre de una enfermedad mental, plantee sus inquietudes y ayúdelo a encontrar recursos para sentirse mejor.
Pasos
Método 1 de 3: Ayudar a los adolescentes a obtener ayuda
Paso 1. Esté atento a las señales de advertencia de una enfermedad mental
Si el comportamiento o el estado de ánimo de su adolescente empeoran, preste atención. Algunos signos potenciales de enfermedad mental en los adolescentes incluyen actuar triste o desesperanzado, evitar amigos y familiares, ser demasiado desconfiado, cambios extremos de humor, agresión frecuente, expresar ansiedad con frecuencia, problemas con la atención o la memoria y comportarse de manera disruptiva.
- Es normal que los adolescentes experimenten cambios de humor y atraviesen momentos difíciles con sus amigos. Si el comportamiento de su hijo adolescente parece "incorrecto", no asuma que algo anda mal de inmediato. Espere una semana o dos y vea si el comportamiento continúa.
- Si su adolescente se lastima o habla de suicidio, llame a un profesional o llévelo al hospital de inmediato, sin importar cuánto tiempo haya estado ocurriendo.
Paso 2. Plantee sus inquietudes con amabilidad
Dígale a su hijo adolescente por qué está preocupado por ellos, pero trate de no hacerles sentir que los está poniendo en peligro. Mencione los síntomas que ha notado y pregúnteles si quieren hablar sobre algo.
- Podrías decir algo como: "Me parece que has estado pasando mucho más tiempo solo últimamente. ¿Cómo te has sentido?"
- También es una buena idea identificar a otros adultos con los que puedan hablar si no se sienten cómodos hablando contigo, como un consejero, un consejero espiritual, un maestro, un amigo de la familia, etc.
Paso 3. Escuche activamente
Si su adolescente se abre con usted, no lo interrumpa ni le dé un sermón. Déjelos hablar y haga todo lo posible por comprenderlos. Muestre respeto por sus opiniones sobre lo que están experimentando y por qué. Reformule lo que dicen para asegurarse de que está en la misma página y haga buenas preguntas para ayudarlos a expresar lo que está sucediendo.
- Por ejemplo, si su hijo adolescente dice que está enojado porque su amigo ya no le habla, podría decirle: "Parece que realmente te sientes herido porque Nathan no ha pasado tiempo contigo. ¿Crees que eso podría tener algo que ver con por qué has sido tan duro contigo mismo últimamente?"
- También puedes decir "tienes un buen punto" o "puedo decir que has pensado mucho en esto".
- No se enoje si su hijo adolescente no quiere hablar con usted de inmediato. Hablar sobre problemas de salud mental no es fácil y algunas personas necesitan tiempo para decidir qué decir. Vuelve a intentarlo en uno o dos días.
Paso 4. Disipe cualquier sentimiento de vergüenza
Dígale a su adolescente que las enfermedades mentales son muy comunes. No use palabras como "loco" y no haga que su adolescente se sienta culpable por su enfermedad.
Si ha tenido problemas de salud mental antes, comparta su experiencia con su hijo adolescente para ayudarlo a sentirse menos solo
Paso 5. Ayude a los adolescentes a encontrar los recursos que necesitan
Es posible que los adolescentes no sepan a quién acudir en busca de apoyo para la salud mental, así que ayúdelos a pensar en ideas. Sugiera hablar con un consejero escolar o un miembro del clero.
Si su adolescente necesita ver a un médico o psiquiatra, ayúdelo a programar y llegar a sus citas
Método 2 de 3: Hablar sobre salud mental
Paso 1. Edúquese usted mismo primero
Conozca los diferentes tipos de enfermedades mentales y sus síntomas antes de intentar explicárselos a su hijo adolescente. Hay muchos libros, artículos y videos disponibles que le enseñarán sobre las diferentes facetas de la salud mental.
Asegúrese de obtener su información sobre salud mental de una fuente confiable. La información que proviene de reconocidos médicos, universidades o el gobierno es generalmente confiable. Comience con fuentes confiables como el Instituto Nacional de Salud Mental o la Asociación Americana de Psicología
Paso 2. Explique las diferencias entre enfermedades mentales
Es posible que los adolescentes no sepan en qué se diferencian las enfermedades mentales entre sí, o pueden tener malentendidos de los problemas de salud mental basados en estereotipos comunes. Bríndeles una descripción general basada en hechos de cómo las diferentes enfermedades afectan a las personas y cómo se tratan estas enfermedades.
- A menudo es útil incluir estadísticas de cuántas personas padecen enfermedades mentales y a qué edades comienzan a mostrar síntomas. Esto puede ayudar al adolescente a comprender que no está solo, "loco" o extraño.
- Discuta las enfermedades mentales de una manera neutral y sin prejuicios, como lo haría con las enfermedades físicas. Por ejemplo, podría decir: "Una persona con ansiedad puede preocuparse mucho, mientras que una persona con depresión puede sentirse indiferente y tener problemas para preocuparse por cualquier cosa".
Paso 3. Utilice ejemplos
Encuentre ejemplos de problemas de salud mental en libros, películas y la vida real, y discútalos con su hijo adolescente. Hable sobre cómo las enfermedades mentales pueden afectar la vida de las personas y por qué es importante buscar tratamiento.
Puede ser agradable sentarse y ver una película juntos, como Inside Out o Silver Linings Playbook, según el nivel de madurez de su hijo adolescente
Paso 4. Haga hincapié en que las enfermedades mentales se pueden tratar
Hágale saber a su adolescente que, con el tratamiento adecuado, una persona puede mejorar con una enfermedad mental. Bríndeles ejemplos de libros, blogs y películas de otras personas que pudieron vivir una vida plena y saludable después de aprender a manejar su enfermedad mental.
- Hable sobre los diferentes tipos de tratamiento, como medicamentos, terapia individual y terapia de grupo.
- Un gran lugar para comenzar es HealthyPlace.com, que presenta blogs escritos por personas que viven con enfermedades mentales.
Paso 5. Mantenga la conversación abierta
No le dé un sermón a su hijo adolescente sobre cómo la enfermedad mental es "mala". En su lugar, déles espacio para que expresen sus propias ideas. Haga preguntas y escuche atentamente las respuestas. Anímelos a hacer preguntas también.
- Si no se apresura a sermonear o juzgar, su adolescente se sentirá más cómodo hablando con usted y sus conversaciones serán más productivas.
- Por ejemplo, podría preguntarle a su hijo adolescente qué piensa de las representaciones de enfermedades mentales en los medios de comunicación.
Método 3 de 3: crear una conversación continua
Paso 1. Tenga conversaciones informales sobre la salud mental
Trate el tema de la salud mental con frecuencia para disipar cualquier sensación de incomodidad o estigma. Busque momentos de aprendizaje en su vida diaria y anime a los adolescentes a participar activamente en la discusión.
Puede encontrar momentos de aprendizaje en las noticias, los medios populares y las vidas de otras personas que conoce. Por ejemplo, puede utilizar un momento en un programa de televisión para demostrar el beneficio de ir a terapia
Paso 2. Encuentre un buen momento y lugar para hablar
Habla en un lugar privado y cómodo. Piense si su hijo adolescente se sentiría más cómodo hablando cara a cara o si preferiría hablar mientras hace otra cosa. Algunos adolescentes pueden sentirse más cómodos hablando de estos temas por mensaje de texto o correo electrónico. En cualquier caso, no intente iniciar una conversación sobre la salud mental cuando usted o su adolescente estén ocupados, cansados o molestos.
- Mantenga sus conversaciones breves, ya que esto ha demostrado que las hace más constructivas. Cuanto más dure, es probable que su hijo adolescente se sienta más incómodo. Es mejor tener muchas conversaciones breves que largas y aterradoras.
- Si se siente ansioso o frustrado, termine la conversación. Recupere la compostura y recupere la compostura cuando se sienta mejor.
Paso 3. Adapte la conversación a la personalidad y el nivel de madurez del adolescente
Un joven de 18 años probablemente podrá manejar información más detallada que uno de 13 años. Si su adolescente es sensible, tenga cuidado de no presentar información de una manera que pueda asustarlo.
Paso 4. Hágale saber a su adolescente que siempre está disponible para escuchar o hablar
Si su adolescente se calla cuando menciona el tema de la salud mental, no intente forzar una conversación. En su lugar, anímalos a que acudan a ti si alguna vez quieren hablar sobre algo. Es más probable que su hijo adolescente se abra a usted si es su propia idea.
- Di algo como "Está bien si no quieres hablar de esto ahora. Sin embargo, si alguna vez quieres discutirlo, siempre estaré aquí para escucharte ".
- Asegúrese también de hablar con su hijo adolescente sobre otros problemas menos graves. Pase tiempo de calidad en el que hagan cosas divertidas juntos. Si se esfuerza por crear una buena relación, le resultará más fácil hablar con su hijo adolescente sobre temas difíciles.