El agua dura puede secar la piel, dejarla pegajosa por los residuos de jabón o causar eccema en casos más graves. Invertir en un cabezal de ducha para ablandar el agua o en un sistema de ablandamiento de agua para toda la casa puede eliminar el problema. También puede contrarrestar los efectos del agua dura humectando inmediatamente después del lavado, usando un champú quelante o simplemente usando menos jabón. También son buenas opciones tratar el agua con sulfato de aluminio, lavarse la cara con agua embotellada o aprovechar la oportunidad para limpiarse en otro lugar tanto como sea posible.
Pasos
Método 1 de 3: contrarrestar los efectos
Paso 1. Hidratar la piel después del lavado
El uso regular de agua dura puede provocar sequedad e irritación de la piel. Combata este efecto inmediatamente después de ducharse, bañarse o lavarse la cara humectando de inmediato. Use un humectante facial y una loción corporal rica y aplíquelo generosamente.
- También se puede usar un tóner sin alcohol después del lavado para eliminar los restos de minerales y metales pesados.
- El aceite de coco tibio también se puede utilizar como humectante corporal intensivo.
Paso 2. Utilice un champú quelante
El agua dura puede dejar depósitos minerales en el cabello y el cuero cabelludo, dejándolo seco. Contrarreste este efecto comprando un champú quelante, que contiene un ingrediente que se adhiere a los minerales del agua dura y ayuda a enjuagarlos. Busque un champú (en farmacias, tiendas de productos de belleza o en línea) que contenga “EDTA” o etilendiaminotetra acetato.
Considere cambiar también a un champú o limpiador sin sulfatos. Los sulfatos pueden reaccionar con metales y minerales que se encuentran en el agua dura
Paso 3. Use menos jabón
El agua dura dificulta la disolución del jabón y deja una acumulación en la piel que puede tener efectos negativos (por ejemplo, sequedad, irritación). Usar menos jabón puede disminuir este efecto simplemente reduciendo la cantidad de acumulación potencial. Al lavarse, concentre grandes cantidades de jabón en las áreas donde transpira con frecuencia (como las axilas) y úselo con moderación en el resto de su cuerpo.
Método 2 de 3: uso de un ablandador de agua
Paso 1. Compre un cabezal de ducha para ablandar el agua
Si tiene agua dura y desea tratarla, comience con un cabezal de ducha ablandador de agua antes de pensar en instalar un sistema más grande. Estos cabezales de ducha usan filtros reemplazables para purificar el agua y están disponibles en línea o en ferreterías. La instalación es tan simple como reemplazar su viejo cabezal de ducha, y la filtración funciona inmediatamente para proporcionar agua blanda en su ducha.
Paso 2. Instale un sistema doméstico
Si desea ablandar el agua en toda su casa, compre un sistema para toda la casa. Pida recomendaciones a sus vecinos o colegas y lea las reseñas de las empresas locales que brindan este servicio. Tenga en cuenta que se requiere la instalación profesional de dicho sistema para mantener las garantías, y los sistemas cuestan un mínimo de $ 1, 000 antes de los costos adicionales.
- Obtenga cotizaciones de diferentes empresas y compare precios antes de realizar una compra.
- Algunos municipios no permiten estos sistemas debido al uso de sales y resinas para eliminar contaminantes. Llame a su oficina municipal local para averiguar qué regulaciones están vigentes en su área.
Paso 3. Alquile un sistema de descalcificación de agua
Póngase en contacto con empresas locales para consultar la posibilidad de alquilar sistemas de descalcificación de agua. Esta puede ser una opción más rentable para casas, apartamentos o casas de vacaciones más pequeños. Alquilar un sistema también puede ser una buena manera de ver si comprar un sistema para toda la casa es una inversión que vale la pena para su hogar.
Método 3 de 3: Evitar el uso de agua dura
Paso 1. Agregue sulfato de aluminio a su agua
Agregue una cucharada (0.5 oz.) De sulfato de aluminio a un balde pequeño de agua. Cuando los minerales se agrupen y se asienten en el fondo, retire el agua de la parte superior con una taza o recipiente pequeño. Use el agua blanda para lavarse la cara o tomar un baño de esponja.
Paso 2. Lávese la cara con agua embotellada
Si lavarse la cara con agua del grifo tiene efectos adversos notables en la piel (irritación o enrojecimiento), asegúrese de usar agua embotellada para lavarla. Si bien el costo puede parecer excesivo, puede valer la pena la inversión si su piel es particularmente sensible. Asegúrese de usar suficiente agua para enjuagarse la cara de manera eficiente y evitar la acumulación de producto.
Otra alternativa podría ser un agua limpiadora sin enjuague, algunas de las cuales limpian e hidratan. El uso de agua destilada también puede ser una opción viable
Paso 3. Dúchese en otro lugar siempre que sea posible
Si tiene acceso a una ducha en otro lugar que no sea su casa (por ejemplo, en el gimnasio o la piscina), aproveche la oportunidad para ducharse allí con la mayor frecuencia posible. Reducir la cantidad de duchas que tomas con agua dura minimizará el daño general a tu piel. Asegúrese de llevar su limpiador facial y lavarse la cara allí también.
Consejos
Si tiene problemas de eccema, mantener la piel hidratada puede ayudar. Aplique humectante en la piel inmediatamente después de bañarse o ducharse para que se mantenga hidratada.